Jennifer Garner probó que, aún siendo famosa y millonaria, puedes verte envuelta en una relación que no es buena para ti y que continuará siendo tóxica aún después de terminar.
Esta semana, Ben Affleck fue noticia por razones desagradables. Aseguró que su adicción se debía a que se sentía atrapado en su matrimonio con la actriz. “Parte de la razón por la que empecé a beber fue porque estaba atrapado”, precisó.
“Me decía: ‘No puedo irme por mis hijos, pero no soy feliz, ¿qué hago?’. Y lo que hice fue beber una botella de whisky y quedarme dormido en el sofá, lo que resultó no ser la solución”, dijo en la polémica entrevista con Howard Stern.
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Más tarde, dijo en el show de Jimmy Kimmel que se sentía “ofendido” porque la gente había tomado sus declaraciones con una connotación negativa. “Acaban de hacerme quedar como el peor, más insensible, estúpido y horrible tipo”, afirmó, refiriéndose a los medios y las redes sociales.
La lucha de Jennifer Garner por salvar al padre de sus hijos
La que fue su esposa entre 2005 y 2018 fue quien preparó una intervención y lo llevó a rehabilitación cuando él tocó fondo, incluso cuando ya estaban separados.
Los fans se apresuraron a mostrar las diferencias entre el comportamiento de ella y de él, para ilustrar cómo parecía evidente que ella estaba invirtiendo demasiado en alguien que claramente no le correspondía.
Un punto a destacar fue cuando él ganó en 2013 el Oscar de Mejor Película por ‘Argo’, y le agradeció de esta manera: “Quiero dar las gracias a mi esposa, a la que normalmente no asocio con Irán. Quiero agradecerle que haya trabajado en nuestro matrimonio durante 10 navidades. Es bueno. Es trabajo, pero es el mejor tipo de trabajo y no hay nadie con quien preferiría trabajar”.
Muchos estuvieron de acuerdo en que llamar a tu matrimonio un trabajo no era una buena señal, pero Jennifer Garner también salió entonces a defender a su esposo, tratando de explicar aquel particular discurso.
“Conozco a Ben, sabía que lo decía como el cumplido más grande y cálido del mundo. Creo que estaba diciendo: ‘Mira, lo que tenemos es realmente real y lo valoro por encima de todo y estoy en ello contigo y sé que tú estás en ello conmigo’. Así me lo tomé”, aseguró la actriz.
En la misma entrevista con ‘The Telegraph’, Garner agregó que a ella le había tocado disminuir su carga de trabajo a favor de que él continuara con su carrera. “Definitivamente trabajo menos porque Ben está muy ocupado, pero tenemos tres hijos, eso es parte del trato. Quiero ser madre. Me alegro por él de que esté tan animado con el trabajo ahora mismo”.
“Es el amor de mi vida”, dijo la actriz
En una entrevista con Vanity Fair en 2016, cuando ya se habían separado, Jennifer Garner dijo: “No me casé con la gran estrella de cine; me casé con él. Y volvería a tomar esa decisión. Corrí por la playa hacia él, y lo volvería a hacer. No puedes tener estos tres bebés y tanto de lo que teníamos. Es el amor de mi vida. ¿Qué voy a hacer con eso? Es la persona más brillante en cualquier habitación, la más carismática, la más generosa”.
“Lo principal son los niños, y estamos completamente de acuerdo con lo que esperamos para ellos”, dijo Garner. “Claro que he perdido el sueño de bailar con mi marido en la boda de mi hija. Pero deberías ver sus caras cuando entra por la puerta. Y si ves que tus hijos aman a alguien de forma tan pura y total, entonces vas a ser amigo de esa persona”, aseguró en la misma entrevista.
En ese año, Ben Affleck apareció con un enorme tatuaje de un fénix resurgiendo de las cenizas en su espalda, que fue muy criticado. Al ser consultada al respecto por la misma publicación, la actriz dijo: “¿Sabes lo que diríamos en mi ciudad natal al respecto? ‘Bendito sea’. Un ave fénix que resurge de las cenizas. ¿Soy yo las cenizas en este escenario? Me siento ofendida. Me rehúso a ser las cenizas”.