‘La Kardashian de Sinaloa’ es uno de los apodos que se ha ganado Emma Coronel Aispuro, la esposa del Chapo Guzmán que fue condenada en Estados Unidos a tres años de prisión por sus actividades ilícitas.
Louis Vuitton, Prada y Dolce & Gabbana son solo algunas de las marcas que usaba la mujer de 33 años, que nadaba en lujos y opulencia mientras su esposo sexagenario era juzgado en Nueva York por sus crímenes.
Finalmente, en febrero de 2021 también fue detenida y tuvo que cambiar sus piezas de diseñador por el uniforme de la prisión. Lo que sí ha conservado es su estatus de influencer, con más de 600 mil seguidores en Instagram, y la fama de “muñeca de la mafia” que se teje alrededor de las parejas de los capos.
Como parte de su declaración de culpabilidad, entregó al gobierno de Estados Unidos 1,5 millones de dólares de las ganancias de su imperio criminal. Poco, si se considera que la fortuna del Chapo Guzmán está estimada en mil millones de dólares.
Amor a primera vista
La pareja se conoció cuando ella participaba en concursos de belleza y tenía solo 17 años. Apenas Emma cumplió los 18 años, se casaron también por la iglesia, y finalmente la jovencita comenzó su ascenso en el mundo criminal.
Aunque su esposo le lleva una diferencia de 32 años, ella asegura que el amor es real. “Me conquistó con la forma cómo me trataba. No me traía grandes regalos, sino se ganaba a la gente con su forma de ser”, reveló en una entrevista.
En 2011, la familia se agrandó con la llegada de María Joaquina y Enely, que son gemelas. Sin embargo, Emma aseguro que su padre no pasaba mucho tiempo con ellas, debido a las complicaciones de su “trabajo”.
Aún así, Emma Coronel Aispuro hacía lo que muchas madres quieren: gastar 24 mil dólares en una fiesta con temática para una de sus hijas y comprarles pequeños bolsos de diseñador a juego con los suyos.
El verdadero papel de Emma Coronel
Hasta su reciente condena, Emma aseguraba que desconocía los pormenores de los negocios de su marido. “Y si tiene muchos problemas, no se le nota para nada”, relató.
Levantó muchos comentarios al aparecer vestida en lujo en la corte donde su esposo fue condenado a cadena perpetua, dejando ver que su relación se mantenía sólida. El propio Chapo lo dijo en una entrevista desde la prisión: “Esa mujer me trae loco. Y sí, es el amor de mi vida”. Toda una declaración para un hombre condenado por entre 2 mil 3 mil homicidios.
Pero parece que su concepto del amor no está atado a la exclusividad. Se calcula que el Chapo tiene una docena de hijos de varias mujeres, entre ellos, las gemelas de Emma.
A la par de su papel de esposa comprometida, que se cree que planeó el último escape de su esposo de una prisión de máxima seguridad en 2015, Emma Coronel tomó medidas inusuales, como ser figura pública y vivir de su fama, en contraste con la vida oculta que muchas esposas de criminales tienen.
La periodista mexicana Anabel Hernández publicó su libro ‘Emma y las otras señoras del narco’, en el que asegura que el papel de las mujeres de los traficantes es mucho más importante del que se cree.
“Son su soporte emocional. Finalmente, estos hombres necesitan que alguien les aplauda y les reconozca sus victorias, aunque sean victorias criminales. Y, de alguna forma, les ayuden a huir del repudio social, que desgraciadamente cada vez es menor”, dijo a El País.
La escritora agrega que ese mundo de lujos es una fantasía. “Las esposas no tienen ninguna independencia, ni siquiera económica, no pueden tomar ninguna decisión, no tienen nada a su nombre y aunque viven la gran vida, dependen completamente de ellos. No pueden decidir nada como cerrar la etapa criminal de sus vidas e irse a otro país, por ejemplo. Porque ellos no las quieren con iniciativa, las quieren esclavas”, concluyó.