Era un lugar común antes de la pandemia: un meme diciendo lo genial que sería vivir aislados del mundo. Muchos se vanagloriaban de que despreciaban la raza humana, hasta que la cuarentena forzada los hizo extrañar a sus amigos, su familia y las multitudes. La soledad no era tan buena ahora.
De acuerdo a una investigación llevada a cabo por la Universidad de Harvard, la pandemia de coronavirus está “disparando una epidemia de soledad”, en la que los adolescentes mayores y los adultos jóvenes son los más afectados.
El 36% de los encuestados dijo que se sentía solo con frecuencia o todo el tiempo, una cifra mucho más alta entre jóvenes que entre la tercera edad. Esto es así aunque se creería que los abuelos en asilos o solos en casa experimentarían más soledad.
¿Por qué se produce este fenómeno? El texto señala que los adolescentes mayores y los adultos jóvenes pueden ser particularmente susceptibles porque a menudo están pasando de sus “familias heredadas a sus familias elegidas”, lo que significa que carecen de conexiones importantes con aquellos que pueden “ser barreras críticas contra la soledad”.

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“Los estudiantes en la universidad pueden tener dificultades para adaptarse y sentir nostalgia, mientras que los que no asisten a la escuela pueden sentirse desconectados de importantes grupos sociales o comunidades. Los jóvenes también suelen tomar decisiones críticas sobre sus vidas y relaciones profesionales y personales, lo que puede aumentar el estrés y la sensación de aislamiento”, señala la investigación.
Estar solo no es lo mismo que sentir soledad
La soledad es un sentimiento, más allá de si estamos rodeados de otras personas o no. Es la idea de no importarle a nadie o no conectar con otros de forma significativa, lo que degenera en depresión.
Todo este coctel puede resultar en el desarrollo de ansiedad social, baja autoestima y hasta pensamientos suicidas.
Extender puentes hacia los demás es la vacuna contra la soledad. Si crees que alguien en tu entorno está atravesando este tipo de crisis, las llamadas y mensajes son una buena idea.
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Checa que estén bien, envía un meme que les haga reír. Los pequeños gestos hacen una enorme diferencia, que es convencer a la otra persona de que no está sola y que es importante en tu mundo.
Si eres tú quien siente que la soledad ataca, acércate a las personas significativas en tu vida. Habla sobre tus ideas con un amigo, llama a tu madre y escúchala hablar de su vida.
Incluso interactuar en grupos donde discuten temáticas de tu interés, como películas, series o deportes, puede ser positivo para sentir menos soledad.
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