Para Ruby Vizcarra ser albina es todo un reto, especialmente en un mundo en donde la mayoría está pigmentado. Sin embargo, nada logra opacar su brillo pues ella está dispuesta a abrirse camino para perseguir sus sueños y silenciar las críticas.
El nacimiento de esta modelo mexicana fue todo un acontecimiento, tanto así que la prensa de su país decidió cubrirlo y publicarlo. Lo impactante es el título que le pusieron, uno que sigue resonando en la cabeza de Ruby: “Nació una niña muy blanca de un matrimonio de piel morena”.
Siendo solo una niña, ella creía que en todas las familias existían albinos pero cuando comenzó el colegio se enfrentó a una realidad distinta. Ruby Vizcarra tuvo que lidiar con preguntas como: ¿Por qué eres así? y hasta con inventos en los que decían que su piel se debía a una enfermedad contagiosa y si la tocaban se les iba a pegar.
“En mi salón de clases mis compañeros también me ponían muchos apodos. Ahora puedo decir que eran muy ingeniosos, pero en su momento me causaban un dolor enorme”, contó la modelo para PlayGround.
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La fuerza interior de Ruby Vizcarra la hace llegar lejos
Antes de convertirse en modelo y nadadora paralímpica, esta joven pasó por una adolescencia complicada pues intentó cambiar su imagen.
“Al llegar la adolescencia cometí el grave error de transforme con tintes y maquillaje. Y solo porque las personas cercanas a mí me decían que lo hiciera para parecer ‘normal’ y que la gente ya no me viera raro”, contó Ruby.
No obstante, luego de hacerlo por varios años decidió que no era algo con lo que se sentía cómoda. Y es que al verse al espejo con tinte y maquillaje no se veía a ella misma, así que optó por darle valor a sus rasgos auténticos.
Claro que la lección no la aprendió fácil y tampoco de un día para otro, pero luego de pasar por situaciones difíciles comenzó a amarse. Incluso, después de intentar ponerle fin a su vida tuvo una reflexión que cambió su forma de apreciarse y valorarse.
“Lo primero que hice fue cortarme todo el cabello para que volviera a crecer mi blanco natural. Eso me hizo verme cada día más bonita, simplemente porque ya era yo. Ya no me importaba nada más que sentirme bien conmigo misma. Conocí el amor propio”, recordó la joven.
Un amanecer con sabor a amor propio
Su nuevo rumbo de vida la hizo ganarse medallas paralímpicas en natación, esos logros los trabajó con mucho esfuerzo y dedicación. Sin embargo, luego de ocho años enfocada en ese deporte, decidió abandonarlo para perseguir su sueño de ser una modelo.
“En la primera agencia de modelos a la que fui, me maquillaron toda la piel naranja para que no pareciera albina. Me salí de esa agencia y aunque pasé por varios fotógrafos y personas que me llegaron a tratar mal, no me detuve”, manifestó la mexicana.
Ruby Vizcarra sabía que el camino no sería nada fácil pero eso no fue un motivo para abandonar su mayor deseo. Así que se armó de valor y continúo luchando por ser una modelo.
Actualmente y gracias a su persistencia, ella es una modelo albina que demuestra que su condición no es un obstáculo para poder conquistar su tan anhelado sueño.