En un retorno épico, Monica Lewinsky se ha adueñado de la narrativa sobre ese episodio de la política de los 90 en los que su relación con el entonces presidente, Bill Clinton, salió a la luz.
“Yo fui la primera persona a la que Internet destruyó la reputación”, afirma la mujer, que se define como “la paciente cero del ciberacoso”.
En su nueva serie, ‘Impeachment’, Monica Lewinsky cuenta su parte de la historia. Una historia en la que ella, con apenas 22 años, sobrevivió a ser la burla de todo el mundo, rechazada, criticada y acusada, mientras el hombre involucrado era absuelto.

“Esto no es un problema sólo mío. Gente poderosa, a menudo hombres, se aprovechan de los subordinados de innumerables maneras todo el tiempo”, escribía en un ensayo sobre su caso, al aprovechar la plataforma que el movimiento Me Too le brindó a las víctimas de esas dinámicas de poder.
Una chica que tomó una mala decisión
En su charla TED, titulada ‘El precio de la vergüenza’, aborda las consecuencias de su relación con su jefe y cómo esa decisión impactó su vida. “Me enamoré de mi jefe y tuve que afrontar las devastadoras consecuencias”, señala.

La cobertura mordaz del escándalo la expuso a niveles de precios impensables para una joven en sus 20 y la convirtió en un personaje de la cultura pop.
A 23 años de lo ocurrido, Monica Lewinsky decidió recuperar su voz y usarla para trabajar a favor de las víctimas de este tipo de situación. Ella confiesa que pudo recuperar su poder personal con el apoyo de su familia, de sus amigos y de la idea de no rendirse.
“Ha surgido un mercado en el que la humillación pública es un producto y la vergüenza es una industria. ¿Cómo se hace el dinero? Clics. A mayor vergüenza, más clics. A más clics, más dólares de publicidad. Estamos en un ciclo peligroso. Cuanto más clics damos a este tipo de chismes, más insensibles nos hacemos a las vidas humanas detrás de los clics, y cuanto más insensibles nos hacemos, más clics hacemos. Al tiempo, alguien está haciendo dinero entre bambalinas a costa del sufrimiento de otra persona”, explica la ahora activista contra el ciberacoso.

Afirmó que mucha gente le ha preguntado por qué habla del caso a estas alturas. “La respuesta estrella es porque era y es el momento: el momento para dejar de pasar de puntillas por mi pasado; el momento para dejar de tener una vida de desgracia; y el momento para recuperar mi narrativa. No se trata solo de salvarme a mí misma. Cualquier persona que sufra de vergüenza y humillación pública tiene que saber una cosa: puede sobrevivir”, concluyó.
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