Una ley de 1889 prohíbe que la princesa Aiko, heredera del trono de Japón, pueda convertirse en emperatriz por el simple hecho de ser mujer.
Su caso generó movimientos para cambiar la legislación, pues el 79% consideraba justo que la princesa Aiko ascendiera al trono como le corresponde.
Pero pronto estas esperanzas fueron aplastadas por la designación del príncipe Fumihito, su tío, como primero en la línea de sucesión y heredero de la corona.
De acuerdo a varios medios, la princesa Aiko parece estar tocada por la mala suerte. No solo se quedó sin trono por la ley machista, sino que también se quedó sin tiara.
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La única hija del emperador Naruhito debía recibir la pieza de joyería, pero el gobierno japonés se negó a hacer ese desembolso. Argumentaron que la economía no estaba para esos gastos, debido a la pandemia.
Es tradición que las princesas japonesas reciban una tiara, junto a unos pendientes a juego, cuando cumplen 20 años o se unen a la familia real por matrimonio.
El valor de esas joyas, que normalmente son de perlas y diamantes, es de unos 230 mil euros. En el pasado, se sometió a licitación la fabricación de las tiaras, para que participaran joyeros de todo Japón, pero esta vez el Estado se negó a darle una corona a la princesa.
Es por esta razón que la princesa Aiko no tiene tiara, aunque técnicamente todas las que portan sus familiares sean un préstamo. La constitución japonesa establece que todos los bienes de la familia imperial son propiedad del Estado. Esas tiaras entran dentro de esos bienes, aunque se les entregue como regalo a las princesas.
Restricciones de la princesa Aiko
Adicionalmente, si decidiera casarse con un hombre común, fuera de la realeza, tendría que renunciar también a su título. Así lo han hecho ya tres princesas japonesas antes que ella, Mako, Sayako y Ayako.
A las mujeres no se les permite contemplar la coronación de un emperador japonés, que es la monarquía más antigua del mundo, que data del 660 a. C. Por esto es que ni Aiko ni su madre pudieron acompañar a su padre a su coronación.
Por si fuera poco, la princesa Aiko fue víctima de hostigamiento escolar, y por su propia seguridad debió estudiar por su cuenta dentro del palacio.
En las redes sociales han calificado de injusto que la princesa Aiko sea despojada de sus derechos y abogan por una reforma que parece parece, si no imposible, muy improbable.