Ahymara Espinoza es una atleta venezolana de lanzamiento de bala que logró ir a los Juegos Olímpicos después de mantenerse dando clases y como taxista.
Esta mujer de 36 años no contaba con un entrenador, ni con los equipos adecuados, mucho menos con los recursos para presentarse en las competencias internacionales. Pero es una “enamorada de la bala”, como explica en su perfil de Instagram, y sabía que no iba rendirse hasta alcanzar sus metas.
Como muchos de sus compañeros atletas, el Gobierno de Venezuela no la apoyó, y entre 2020 y 2021, con la llegada de la pandemia, vivió momentos sumamente difíciles.
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El duro camino a los Juegos Olímpicos
Con recursos propios, se fue a Eslovenia, donde logró entrenar y hacer una pretemporada, pero al regresar a Venezuela no obtuvo ningún apoyo. En su país, se mantuvo vendiendo bebidas, dando clases de educación física.
Mientras otros atletas de alto nivel tenían ayuda profesional y lo mejor en tecnología y equipos, Ahymara Espinoza tuvo que entrenar sola, en un estadio abandonado de su natal Barlovento.
“A veces la gente juzga severamente cuando un deportista no logra ganar una medalla, pero no saben el trasfondo, lo que un atleta pasa para conquistar sus sueños”, dijo en una entrevista.
Y Ahymara no solo ha conquistado sus sueños, sino que ha lo ha hecho contra todo pronóstico y en las circunstancias más adversas.
Esta atleta practica el lanzamiento de bala desde que tiene 11 años y se ganó la medalla de oro en los Juegos Bolivarianos de 2013 en Perú. Fue medallista de plata en los Juegos Suramericanos de 2018 en Cochabamba y participó en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016.
“Me toca ser entrenadora, gestora, planificadora, utilera, psicóloga, pero aquí estoy. Yo misma me doy ánimo”, dice Ahymara, quien se ha ganado el respeto y la admiración de miles por su valentía y disciplina. Es una verdadera campeona.
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