La reacción de Ricardo Montaner al saber que será abuelo es la típica de cualquier padre enamorado. El cantante tomó sus redes sociales para expresar su felicidad por la llegada del bebé de su hija Evaluna con Camilo Echeverry.
“Explota el corazón de tanto amor”, escribió por Twitter el venezolano, que desde siempre ha apoyado la relación de su hija con Camilo.
Este vendría a ser el quinto nieto de Ricardo Montaner, quien tiene a Alejandro, Salomé, Antonela y Matías. Los niños son de sus dos hijos mayores, Héctor y Alejandro, quienes son producto del primer matrimonio del cantante con Ava Vaz, con quien estuvo casado entre 1964 y 1975.
Salomé, Antonela y Matías son de Héctor, mientras que Alejandro recibió el nombre de su padre y además se dice que heredó el talento musical de su abuelo.
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“Están entendiendo que esto de la música es un maravilloso síndrome incurable que persigue a nuestra familia generación tras generación”, escribía el orgulloso abuelo, mientras posaba con sus nietos antes de una entrega de premios.
El Índigo de Ricardo Montaner
“Índigo” sería el nombre del bebé de Evaluna, quien es la única hija del cantante. La amorosa noticia viene a reforzar los lazos de la familia y la relación de Ricardo con su yerno, que siempre ha sido maravillosa.
El propio Camilo lo reveló en una entrevista, en la que explicó que, al principio de su relación Evaluna, no tenía dinero para viajar de Bogotá a Miami a ver a Evaluna, y de repente surgía la idea de Ricardo Montaner de hacer algunas canciones.
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“Empecé a ahorrar y a buscar la manera, con ayuda de Montaner que me daba para grabar unos demos. Yo creo que él nunca necesitó esos demos. Yo creo que él me ponía a grabar para que pudiera ahorrar para visitar a Evaluna y que así yo no sintiera que nadie me estaba invitando”, declaró.
Después, fue acogido en la casa de los Montaner como un hijo más, y Ricardo comparte una estrecha relación con él. Una de sus últimas aventuras fue hacer el Camino de Santiago juntos.
Índigo llega a una familia que lo espera con todo el amor del mundo, y a un abuelo que ya parece estar preparado para consentirlo.
