Coronel, piloto y astronauta que viaja por segunda vez en el espacio. Wang Yaping está por convertirse en la primera mujer china en hacer una caminata en la estación espacial, pero la cobertura que está recibiendo de los medios no está siendo enfocada adecuadamente, relata el New York Times.
Solo a ella le han preguntado por su hija de cinco años, que deja durante la misión de seis meses. A sus colegas hombres ni siquiera le han mencionado sus hijos. También se han enfocado en su menstruación y en si debería usar maquillaje en el espacio.
Un vocero de la Administración Nacional Espacial China recalcó que la cápsula estará dotada de toallas sanitarias y maquillaje. Porque “las astronautas pueden estar en mejores condiciones después de maquillarse”.
A la coronel le han preguntado si planea usar brasier en su misión, quién cuidará a su hija y han establecido comparaciones fisiológicas con sus pares hombres. También han preguntado si no debería cortarse el cabello y cómo hará para lavarlo durante su estadía en el espacio.
Cuestionamientos a Wang Yaping
En las redes sociales, muchos cuestionan si las mujeres astronautas tienen la misma fuerza física de los hombres , dudando de sus capacidades.
Se trata de una política generalizada en China, donde se espera que las mujeres mantengan cualidades tradicionales “femeninas”, como la delicadeza, el instinto maternal, la dulzura. En contraste, de los hombres se espera rudeza, fortaleza y espíritu aventurero.
Wang Yaping no ha hablado públicamente del sexismo, dado que sus apariciones públicas son coreografiadas. Sin embargo, queda claro que para la segunda mujer china en el espacio y la primera en ir dos veces, sus logros superan cualquiera de las preguntas sosas con las que cuestionan sus capacidades.
Durante su primera misión espacial, condujo una clase de física en streaming para 60 millones de niños, lo que en parte también está inscrito en el arquetipo de mujer maestra.
Lo que queda claro es que los logros de Wang Yaping superan con creces cualquier sesgo de género y debe ser recordada como una heroína en romper límites, no por los temas superfluos con los que pretenden minimizarla.