Los prejuicios contra las mujeres aún siguen muy marcados en la sociedad actual, tanto así que la mitad de la población mundial considera que los hombres son mejores líderes y ejecutivos que las féminas.
Pese a los avances logrados, el género femenino aun se enfrenta a un sinfín de desafíos y señalamientos que apenas se han reducido en los últimos años.
Según un informe reciente del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), casi 9 de cada 10 personas siguen teniendo algún tipo de prejuicio contra la mujer. Incluso, una de cada cuatro personas (es decir, el 25%) cree que está justificado que un hombre golpee a su esposa.

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Prejuicios contra las mujeres se mantienen en todo el mundo
Si bien cada vez hay más mujeres tomando decisiones importantes y ocupando cargos de alto nivel, la ONU considera que “los derechos políticos y las libertades civiles están en declive en todo el mundo desde hace al menos una década”.
“La reducción de las libertades globales y el aumento de la polarización han ido acompañados de una reacción violenta contra la igualdad de género y los derechos de la mujer, que ha afectado a sociedades enteras al cambiar las relaciones de poder”, especificó el estudio.
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En concreto, las mujeres y niñas sufren desventajas y discriminaciones en la política, educación, economía e integridad física. De hecho, pese a las habilidades y destrezas, todavía la población femenina es subestimada en el ámbito laboral. Es decir, ganan en promedio 39% menos que los hombres.
Los autores del informe advierten que los prejuicios de género representan un obstáculo significativo para alcanzar la igualdad. Además, aseguran que la infravaloración de las capacidades y los derechos de las mujeres en la sociedad limita sus opciones y oportunidades.
“Las mujeres líderes a menudo son observadas a través de una lente de género y no son juzgadas únicamente por su desempeño”, dice el PNUD.
La igualdad es posible y es el camino a seguir
En muchos lugares del mundo, aún se niega a las niñas el derecho a la educación. Sin embargo, el organismo internacional señala que el cambio sí es posible. Y para lograrlo, proponen aumentar leyes y medidas políticas que promuevan la igualdad de las mujeres en diferentes ámbitos.
“Un punto de partida importante es reconocer el valor económico del trabajo de cuidado no remunerado. Esta puede ser una forma muy eficaz de cuestionar las normas de género en torno a cómo se considera el trabajo del cuidado”, dijo Raquel Lagunas, directora del Equipo de Género del PNUD.
