‘Bésame mucho’ es el libro del pediatra español Carlos González que se ha vuelto un fenómeno en las redes sociales. No porque su publicación sea reciente, sino porque aborda el tema de cómo criar a los niños sin gritos, golpes y desde una perspectiva humana.
La máxima de su filosofía es que si no es aceptable darle golpes a un adulto, a un vecino, a un familiar o a un desconocido, mucho menos debe ser aceptable dárselo a un niño. En este caso, a tu hijo. Su mantra es que todo niño merece el mismo respeto que darías a cualquier adulto.
En el libro asegura que la idea de disciplinar a los niños usando la violencia proviene de muchas generaciones de padres que no supieron gestionar sus emociones y que veían a los niños como enemigos, en lugar de personas.
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Para algunos, “el niño es egoísta, malvado, hostil, cruel, calculador, manipulador, y sólo si doblegamos desde el principio su voluntad y le imponemos una rígida disciplina podremos apartarlo del vicio y convertirlo en un hombre de provecho”.
La técnica de ‘Bésame mucho’
Pero Carlos González no cree en esto. Él cree que los niños no están haciendo “escenas” para que nos molestemos o frustremos. En realidad, operan como cualquier mamífero que llora para llamar la atención cuando se siente en peligro.
“Para un bebé, estar separado de separado de su madre puede sentirse como un peligro para su vida”, comenta. No se trata de llorar para evitar que tú trabajes.
Propone, en cambio, que los niños son amorosos, creativos, sinceros y que basta con ponernos en su lugar para comprender mejor cómo criarlos. “Lo que los padres dan a su hijo cuando juegan no son conocimientos ni técnicas de estudio, sino la maravillosa sensación de sentirse amado, respetado, importante”, dijo.
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En ‘Bésame mucho’, el autor señala que hay que dejar de lado muchas teorías para enseñar a los niños a ir al baño, a salir de la cama o el cuarto de sus padres, y a comer solos. Todos estos temas son de gran preocupación para las madres de niños pequeños.
Él considera que hay que respetar el desarrollo normal de cada niño, que es diferente, y no forzar rutinas que a menudo son difíciles para la familia y para el propio bebé. ¿Estarías de acuerdo con este estilo de crianza?