Gloria Trevi habló sobre un episodio de su vida muy oscuro, que ha tocado en contadas ocasiones. Se trata de la pérdida de su hija, Ana Dalay, cuyo padre fue Sergio Andrade. La cantante tuvo a esta niña el 10 de octubre de 1999, en Río de Janeiro, Brasil.
Las circunstancias del deceso siempre han sido motivo de especulación, pues la bebé falleció cuando estaba en el apartamento que Andrade tenía con ella y otras siete jovencitas. Más tarde, tanto él como Trevi fueron procesados por sus acciones.
“No me importa lo que digan de mí, no me importa lo que piensen de mí, mi hija es un ángel. Jamás, jamás, le hubiera hecho daño. Jamás”, expresó. Las causas del deceso de la pequeña nunca han estado claras, pero fue un suceso que marcó la vida de la diva.
Lee también – “No parece ella”: Critican a Gloria Trevi por supuestamente abusar del Photoshop
“Hubo un momento en que -aunque soy católica- sí pensé en quitarme la vida; y nomás no me la quité porque dije ‘yo me voy a reunir con ella en el cielo, y si lo hago no la voy a poder volver a ver’. Y nomás por eso aguanté… Por ella”, relató entre lágrimas a Andrea Legarreta en el programa ‘Hoy’.
La triste historia de la hija de Gloria Trevi
Trevi aseguró que sufrió un colapso nervioso y volvió a la conciencia a los cinco días. Entonces, el cuerpo de su hija había desaparecido. “No tengo un lugar donde llevarle flores, pero tengo mucha gente a la cual entregarles la flor simbólica y hacer el bien”, dijo la cantante. El gobierno de Brasil nunca pudo precisar la causa del deceso de la niña ni ubicar su cuerpo.
Ver más – Zumba: la técnica de Gloria Trevi para tener 53 y verse de 30
Tiempo después, cuando estaba en prisión en 2002, la intérprete tuvo a su segundo hijo, Ángel Gabriel, también hijo de Sergio Andrade. En 2005, dio a luz a Miguel Armando, y en 2009 se casó con Armando Gómez.
Actualmente, Gloria Trevi prepara una serie sobre su vida. Sobre sus razones para hacerla, dijo: “Se prestó todo, la pandemia, me dio el tiempo, las series se pusieron de moda y no necesito hacerlo para levantarme, ni para explicar nada, ni para que la gente vaya a verme, voy a contar mi historia porque creo que puede ayudar a otras personas”.
“Mucha gente ha contado mi vida y creo que tengo todo el derecho de contar yo mi vida, porque nada más yo sé lo que viví, sé lo que pensé”.