Courtney Rogers tiene 37 años, 11 hijos y está embarazada del bebé número 12. Ha estado en gravidez cada año de su vida desde 2008, y está acostumbrada a no usar anticonceptivos.
“La gente nos juzga a veces… No les gustan las familias numerosas y nos acusan de no poder mantener a los niños. Realmente no me molesta porque sé que son extraños y no nos conocen en absoluto”, expresó a The Sun.
Todo empezó porque tanto a ella como a su esposo, quien es pastor de una iglesia, le gustan las familias grandes. Cuando pensaron en un número, su esposo dijo que quería tener 10 hijos, pues él es parte de un grupo de 10 hermanos. Ella estuvo de acuerdo y comenzaron a procrear sin parar.
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“Después de que llegaron los 10, todavía me sentía joven, así que optamos por ‘más barato por docena’. Se siente como la familia perfecta con seis niños y seis niñas”, aseguró.
Es un arduo trabajo
La pareja decidió no usar anticonceptivos desde que se casaron y se siente feliz con la dinámica que llevan en casa. Courtney se queda en casa para cuidar de los niños, que es lo que siempre soñó, y los educa ella misma desde su hogar.
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Asegura que puede ser un reto y que la casa a veces puede ser muy ruidosa, pero que ama su vida. Además, una docena de hijos implican una gran carga financiera. “A veces es un trabajo duro. Mantenerse al día con la escolaridad de todos y toda la limpieza y la ropa es una tarea ardua. Mi esposo trabaja en nuestra iglesia y además tiene varios trabajos secundarios para ganar dinero”, explicó.
Viven en una granja en Nuevo México, Estados Unidos, y tienen una rutina estructurada para hacer las tareas, educar a los niños y mantener la casa en buen estado. Ahorran porque crían gallinas, usan sus huevos y también usan la carne.
Gastan 500 dólares semanales solo en comida, y entre 2 mil y 3 mil dólares en Navidad, para ropa, regalos y pijamas para todos los niños. Mamá y papá no suelen compararse regalos, pues se lo dan todo a los pequeños.