“Cuando se tiene un hijo, se tienen todos los hijos de la tierra”, decía en su poema Andrés Eloy Blanco. Y esa parece ser la verdad para Britt Kolb, una madre que donó leche materna después de perder a su bebé de tres semanas de nacido.
El pequeño padecía de una enfermedad congénita llamada hernia diafragmática, que reducía sus probabilidades de vida a la mitad. Los padres conocieron sobre su condición a las 18 semanas de embarazo, y decidieron llevarlo a término.
Durante tres semanas, el pequeño Elias luchó en la terapia intensiva neonatal por vencer las probabilidades, pero finalmente perdió la batalla. Durante ese tiempo, Britt había estado extrayéndose la leche materna con la esperanza de poder dársela a su bebé, una vez que saliera del hospital.
Ante su enorme pérdida, notó que su cuerpo seguía produciendo leche. Fue entonces cuando una asesora de lactancia materna le dijo que otras madres donaban ese líquido tan vital para los bebés cuando sus propias madres no pueden suministrárselo.
En ese momento algo hizo click en el interior de Britt y se dio cuenta de que la pérdida de su hijo podía estar acompañada del gesto de ayudar a otros pequeñitos que también necesitaban apoyo. Fue allí cuando donó leche materna.
“Estaba destrozada por el dolor, pero también orgullosa de que la presencia de mi hijo en esta tierra ayudara a salvar las vidas de otros bebés frágiles como él. La vida de Elias fue demasiado corta, pero su impacto es mucho más grande de lo que jamás imaginé”, relató.
Algo positivo de una enorme pérdida
En total, Britt donó 17 litros de leche materna, que fueron distribuidos entre pequeños que la necesitaban. “Solo por tener la oportunidad de que algo positivo saliera de su muerte, lo haría todo de nuevo”, comentó la madre, que compartió su historia en las redes.
Cálidas palabras de afecto y apoyo la inundaron en la sección de comentarios. Muchas eran madres que también pasaron por un duelo y conocen de primera mano lo doloroso que es perder a un hijo.
Pero ella no era la única que sufría. Su esposo también estaba con el corazón roto, y poco tiempo después de que Elias se fuera, perdió su trabajo en plena pandemia. Para lidiar con su luto, comenzó a fabricar piezas de cuero y, para su sorpresa, terminó convirtiéndolo en una compañía.
Para completar la felicidad de la familia, en junio de este año recibieron a Nora Jane, una bebé que vino a ayudar a su familia a sanar la pérdida de su hermanito.
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“Nora ha iluminado nuestras vidas de la manera más hermosa, pero mientras me deleito con la alegría y la gratitud de este nuevo capítulo, también estoy tratando de descubrir cómo tener espacio para mi dolor. No sé cómo seguir adelante sin sentir que lo estoy dejando atrás y, sinceramente, ni siquiera estoy segura de querer hacerlo todavía”, dijo Britt sobre Elias.
“Así que seguiré colocando fotos de mi valiente niño aquí, siempre que lo extrañe y cuando me apetezca, solo para mantenerlo presente en mi feed y para decir: Mamá te extraña, dulce bebé, y eres una parte muy importante de mí, para siempre”.