Llevas horas acostada en cama, con los ojos cerrados deseando poder dormir bien en las noches, pero sin mayor advertencia, tu mente comienza a preocuparse por todo lo que tienes que hacer: lavar la ropa, los platos, cocinar, sacar tiempo para jugar con tus hijos, ordenar los juguetes luego de que se acabe el tiempo de juego, planificar las citas con los doctores, y la lista puede seguir y seguir. De repente, te sientes mucho más cansada que antes y todavía no te has parado de la cama.
Las tareas físicas como limpiar o cocinar causan estrés mental y como culturalmente ese tipo de actividades se le han asignado a las mujeres cuando se convierten en madres, su bienestar se ve afectado por una alta carga mental que la hace sentir agotada.
Según un estudio de Frontiers in Psychology, 9 de cada 10 mujeres casadas sienten que son las únicas responsables de la gestión del hogar y la carga aumenta luego de tener hijos, pues convertirse en madre también acarrea tareas nuevas que agregar a la lista de pendientes.

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¿A qué nos referimos cuando hablamos de carga mental de las madres?
La carga mental es la tarea o labor invisible que se relaciona con la gestión familiar. El trabajo mental de administrar el hogar no solo gira en torno al trabajo físico que se debe hacer, sino también a asegurarse de que se haga el trabajo. En el caso de la carga mental de la maternidad, se incluyen las necesidades del hogar y de sus integrantes. También significa ser capaz de tomar decisiones sobre cómo realizar las tareas y verificar el progreso.
¿Cómo afecta la carga mental a las madres?
- Aparición de problemas de salud mental: No poder descansar o delegar las tareas por mucho tiempo puede causar problemas de salud mental como la ansiedad y la depresión. Según el Centers for Disease Control and Prevention (CDC), una de cada 10 mujeres, incluidas las madres, experimenta síntomas de depresión y en el caso de mamás de varios hijos como gemelos o trillizos, el riesgo aumenta.
- La privación del sueño: Algunos dicen que la privación del sueño es un derecho de paso para los nuevos padres. Sin embargo, la privación del sueño puede continuar mucho más allá de la fase de recién nacido y, en última instancia, afectar otras áreas de la vida. La falta de sueño es alimentada por las demandas de la maternidad que superan el umbral mental y físico de una madre, así como por el abrumador sentimiento de culpa de la madre. Desafortunadamente, el cansancio puede generar otros problemas, como irritabilidad, sistema inmunológico debilitado y desconexión con la familia.
- Vacíos de memoria: Después de dar a luz, las mamás pueden sufrir algo llamado “agotamiento posnatal”, que se define como un “deterioro físico y mental” que puede ocurrir por la pérdida de nutrientes como el hierro, el zinc y la vitamina B12 después del parto. Y ese agotamiento a veces puede durar años después debido al estrés de la paternidad.
- Dolores de cabeza: La falta de sueño, la ansiedad y el agotamiento asociado con la carga mental pueden contribuir a los dolores de cabeza frecuentes.

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¿Hay diferencias entre las madres que trabajan fuera de casa a las madres que se quedan en casa?
Los estudios han indicado que las mamás son más felices y más productivas en el entorno del hogar cuando se les da la oportunidad de trabajar fuera del hogar durante la infancia o la niñez de sus pequeños en comparación con las mamás que se quedan en casa. “En todos los casos con diferencias significativas en el bienestar materno, como el conflicto entre el trabajo y la familia o la crianza de los hijos, la comparación favoreció el trabajo a tiempo parcial sobre el tiempo completo o no trabajar”, dijo la autora principal Cheryl Buehler, PhD, profesora de derechos humanos. desarrollo y estudios familiares, en la Universidad de Carolina del Norte en Greensboro.
“Sin embargo, en muchos casos, el bienestar de las madres que trabajaban a tiempo parcial no era diferente al de las madres que trabajaban a tiempo completo”.
¿Cómo aligerar la carga mental materna?
- Delegar tareas: La comunicación es esencial. Es importante que con el tiempo aprendas a delegar algunas de las tareas pendientes y no te sientas culpable por hacerlo. Recuerda que las tareas domésticas no van a estar permanentemente cumplidas, por lo que da espacio al error y a que algunas cosas tarden más que otras. No tienes que ser una súper mamá 24/7.
- Dividir las tareas domésticas entre ambos padres: Un primer paso al delegar podría ser hablar directamente con tu pareja para que las tareas domésticas se dividan de una forma más equitativa.
- Sacar tiempo para el autocuidado: No siempre es fácil. Pero al menos una vez a la semana intenta tener un mínimo de 15 minutos para ti únicamente y hacer alguna actividad que te guste y haga sentir bien.
- Buscar ayuda profesional de ser necesario: No sientas vergüenza si necesitas más apoyo. Es importante buscar ayuda extra siempre que la sientas necesaria.