El trabajo más difícil del mundo es… el de mamá. Porque no solo las jornadas duran 24 horas y son los 7 días de la semana, sino que en ella recae la responsabilidad para atender a los niños, atender al esposo, su trabajo profesional, el mercado, cocinar, limpiar y también puede que algunas madres cuiden a sus padres.
De acuerdo con la ONU Mujer, las mujeres realizan al menos 2,5 veces más trabajo doméstico y de cuidado no remunerado que los hombres.
“Por tanto, tienen menos tiempo para dedicar al trabajo remunerado o trabajan más horas. También combinan trabajos remunerados con otros que no lo son”, precisan en su portal web.
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Ser madre es un ‘trabajo’ 24/7
Las mujeres dedican el 66,6% del total de su tiempo para cumplir con este trabajo que no es remunerado y que resulta ser bastante demandante.
Mientras tanto, los hombres usan el 68,9% en el trabajo para el mercado, 27,9% en el no remunerado de los hogares y 3,1% en la producción de bienes para uso exclusivo del hogar, según la Encuesta Nacional sobre Uso de Tiempo (ENUT – México).
En tiempos de pandemia y confinamiento, a la mujer se le adjudicó en el trabajo doméstico no remunerado como las responsables directas del bienestar de las familias y de los hogares.
Pero no hay duda que dentro del trabajo doméstico no remunerado rebrota la ideología construida por las sociedades sobre la identidad de lo “femenino”. Y esto guarda una estrecha relación con el cuidado de la familia, del hogar, del amor y el instinto materno.
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Algunas madres trabajadoras se enfrentan constantemente a la falta de prestaciones en favor de la maternidad, discriminación, despidos injustificados, horarios inflexibles y pocos días libres.
La ONU sugiere en ese sentido, que para “acelerar el progreso en materia de empoderamiento económico de las mujeres, se necesitan con carácter urgente políticas que ofrezcan servicios, protecciones sociales e infraestructuras básicas, que promuevan la distribución del trabajo de cuidado y doméstico entre las mujeres y los hombres, y que permitan crear más empleos remunerados en la economía asistencial”.