En la maternidad millennial hay dos palabras que se repiten con frecuencia: crianza respetuosa. Y cuando se nombra esa frase, comienza la polémica: ¿se trata de criar niños sin límites?, ¿los padres pierden la autoridad?
La crianza respetuosa es tratar a tu hijo como un ser humano con los mismos derechos que tú. Sus bases se encuentran en que merece respeto. No es un proyecto de ser humano, sino una persona completa, a la que hay que escuchar.
No se trata de una relación permisiva en la que el pequeño hace lo que quiere. Se trata de generar una relación de confianza entre los padres y el niños, sin el uso de los gritos, las palmadas o el chantaje emocional.

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Pilares de la crianza respetuosa
Uno de sus pilares es que los niños no están solo para obedecer, como se creía en el pasado, y que las emociones del pequeño son tomadas en cuenta.
Este estilo aumenta el autoestima de los niños, los ayuda a crear consciencia y tomar sus propias decisiones. La crianza respetuosa es, fundamentalmente, una democracia en la que negocias con tu hijo, conversas y llegas a acuerdos.
Esta noción es un choque filosófico con la crianza autoritaria. Ese método fue usado en las generaciones anteriores, y consistía en castigar a los niños si se portaban mal y en el que los padres no se comunicaban con sus hijos.
Es muy familiar para los latinos este estilo, en el que no se dejaba que los niños intervinieran en conversaciones de adultos, se tomaban las decisiones sobre ellos sin consultarles, y los gritos y el aventar la ‘chancla’ eran lo común.

Límites, no castigos
La crianza respetuosa habla de los “límites no punitivos”, lo que quiere decir que no se trata de castigar al niño, sino hacerlo comprender por qué un comportamiento es nocivo para él, siempre desde el amor y el respeto. Las normas no son “porque mamá quiere”, sino por sentido común.
El gran problema para los padres es que el amor amerita tiempo y mucha paciencia. Efectivamente, arrojar la chancla va a ser más fácil que sentarte con tu hijo las veces que sean necesarias hasta que entienda por qué no debe hacer ciertas cosas.
Muchos caen en la descalificación, en mentir a sus hijos, ponerles etiquetas, no escucharlos, e incluso humillarlos y amenazarlos. Y este método puede dejar heridas emocionales en los niños.
Sin embargo, como la paternidad no viene en un manual y nadie puede decirte cómo criar a tus pequeños, cada persona hace lo que puede con las herramientas de crianza que ha aprendido.
La crianza respetuosa implica educar por el ejemplo, y mostrar un amor firme que haga entender al niño los límites aceptables de comportamiento, para criar a un ser humano empático, independiente y con confianza en sí mismo. ¿La probarías?
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