La privacidad es un lujo para las celebridades y Jennifer Lawrence planea hacerle ese regalo a su bebé. En entrevista con Vanity Fair, habló sobre la necesidad de proteger la vida privada de su familia.
“Si estuviera en una cena y alguien me dijera: ‘Dios mío, estás esperando un bebé’, no diría: ‘No puedo hablar de eso. Aléjate de mí, psicópata. Pero cada instinto de mi cuerpo quiere proteger su privacidad por el resto de su vida, tanto como pueda”, explicó.
“No quiero que nadie se sienta bienvenido en su existencia. Y siento que eso comienza con no incluirlos en esta parte de mi trabajo”, señaló.
De esta manera, fijó su posición sobre la idea de parte del público de que las celebridades deben permitir transgresiones a sus límites de privacidad solo porque “forma parte de su carrera”. Se negó no solo a hablar del género de su hijo, sino sus métodos de crianza y sus expectativas sobre la maternidad. Es algo que se quiere guardar para ella misma.
Solo dijo que se siente “agradecida y emocionada” por la posibilidad de ser mamá, y se sentía un poco nerviosa por retomar su lugar en las conversaciones públicas después de años de estar fuera del radar.
Jennifer Lawrence necesitaba un ‘break’
Esa decisión no fue gratuita, sus últimas cuatro películas fueron un desastre de taquilla algunos y de crítica otros. Ella asegura que estaba en un punto en el que simplemente necesitaba escapar.
Como parte de esa necesidad de privacidad, le envió su perro a sus padres, pues no podía salir a pasearlo sin ser perseguida por los paparazzis.
Se extiende además a su relación de pareja. En 2018 rentó un cuarto de hotel solo para que su vestido de novia, Dior couture, no fuera visto por los medios. Finalmente, se casó con Cook Maroney, con quien anunció que esperaba un bebé.
Con él, se mantiene con los pies en la tierra. “Realmente disfruto ir a la tienda con él. No sé por qué pero me llena de mucha alegría. Creo que tal vez porque es casi una metáfora del matrimonio”, expresó.