150 mil dólares son las ganancias que obtienen Crystal Jackson y su esposo haciendo contenido para adultos. Sin embargo, el hobbie de la pareja se convirtió en un conflicto para el colegio católico en donde sus hijos van a clases. Los niños fueron víctimas de bullying escolar al ser expulsados de su casa de estudios por lo que hacen sus padres.
Seguro para algunas personas es un negocio redondo poder vender fotos y videos en plataformas para mayores de edad. No obstante, cuando tienes hijos no todo es color de rosa pues esa nueva actividad puede causarle inconvenientes a los pequeños en la escuela.
Te puede interesar: Este físico dice que todos los niños nacen científicos, pero la educación y la sociedad los “aplastan”
Bullying escolar: expulsan a niños de un colegio católico porque su mamá crea contenido para adultos
Crystal afirma que sus tres hijos fueron expulsados del colegio católico al que asistían en Sacramento, California, por las fotos subidas de tono que sus padres suben a una plataforma en donde se permite crear contenido para adultos.
La madre de los niños reveló su experiencia en diversos medios de televisión de Sacramento. Ella contó que, junto a su esposo, recibió un correo del director del colegio en donde queda claro que sus hijos no pueden seguir asistiendo al Sacred Heart Parish School.
Según Jackson, algunas madres crearon una campaña en el colegio para que los niños fueran expulsados. Todo porque no están de acuerdo con las fotos y videos que se suben a esas plataformas de suscripción. Aunque el colegio no está a favor de esas conductas tampoco se puede negar que los niños sufrieron bullying escolar por el manejo de esa situación.
Crystal le comentó al canal de noticias KCRA que decidió abrir su perfil hace un año para divertirse con su esposo. Con el tiempo, lo que inició como un juego se convirtió en un negocio pues logran ganar hasta 150 mil dólares al mes. Todo el éxito económico de la pareja es gracias a las personas que pagan para ver contenido de ese estilo.
Hace 14 años ellos se unieron en matrimonio en la iglesia que pertenece el colegio y ahí mismo bautizaron a sus tres pequeños. Aunque no se quedaron callados ante lo que consideran una injusticia, ya están en la búsqueda de otro colegio católico que acepte a sus hijos.