Quienes tienen hijos llevan una vida acelerada y controlada por la rutina diaria. El tiempo a veces no es suficiente para la cantidad de tareas que tienen en la agenda y que van desde los compromisos labores hasta las actividades extracolegiales de los niños.
Cualquier rutina cansa, agota, desgasta pero entre una cosa y otra, las madres buscan un pequeño momento para desconectarse del estrés, la ansiedad y de las carreras del día a día para encontrar un instante de tranquilidad.
Así que una opción completamente válida y que aplican muchos padres es esperar a que los niños se duerman para hacer alguna actividad que nos ayude a drenar el estrés y escurrir el cansancio. El mindfulness se ha convertido en una vía de escape.
“No tengo tiempo de ir a un estudio con alguien experto”, “no tengo dinero para pagar el taller”, son algunos de los pretextos que utilizan algunas mujeres.
Lo que quizás no sabías es que en internet hay muchas sesiones gratuitas que te permitirán conocer el mindfulness para tenerlo como una práctica habitual o como un estilo de vida.
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¿Qué es el mindfulness?
El mindfulness es un estado de atención plena con el presente, es conectar con el momento que vives y con lo que te rodea. Es un estado para observar y estar consciente de tus pensamientos y tus sentimientos sin caer en los reproches y sin pensar en lo que harás mañana o dejaste de hacer en el pasado. Es estar “en el aquí y en el ahora”.
Esta práctica abarca la conciencia y la aceptación. Lo que eres y cómo eres debe ser aceptado por ti mismo y por nadie más.
Es permitir que las emociones se manifiesten, actúen y desaparezcan, sin que eso altere o controle otros aspectos de tu vida, porque las emociones son naturales y son necesarias para el ser humano.
¡Comienza ahora!
Si después de leer esto sigues preguntándote cómo comenzar a practicar mindfulness, o te niegas porque que no tienes tiempo para eso, aquí encontrarás algunas recomendaciones para dar ese primer paso desde casa, con los niños cerca o acompañándote en la práctica, y sin invertir dinero.
1. Abraza a tu pareja o a tus hijos
Mientras los tengas cerca, fúndete en un abrazo. Que ese abrazo sea de 30 segundos o más, siéntelos, toma conciencia de ese momento y disfrútalo. Intenta ir más allá y busca abrazar sus almas.
Sentir el abrazo del otro es como si tu corazón se abriera para dar y recibir amor. Puedes abrazar a tus padres, abuelos y hermanos, y hacerles sentir que estás también ahí para ellos, como ellos lo están para tí.
2. Diario de agradecimiento
A muchas personas les hace bien escribir. Y eso es una práctica también que se va perfeccionando cada vez que lo haces. Escribe una lista de agradecimientos al final de la tarde o antes de irte a dormir para que agradezcas todo lo que recibiste durante el día.
La gratitud nos hace conscientes de las cosas o de los momentos que llegaron a nuestras vidas para transformarlas, y a su vez para observar nuestras carencias y experimentarlas, saber si eso que nos falta las necesitamos o no. Cuando agradecemos estamos reconociendo, no importa si son cosas positivas o negativas, pero estamos aceptándolas.
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3. Regar y hablar con las plantas
Es verdad que las plantas no nos van a responder si les hablamos, pero cuando conectamos con la naturaleza nos hacemos más sensibles y conscientes. Intenta desahogarte mientras las riegas, disfruta bañarlas, ordenarlas; esto es una terapia para el alma.
Las plantas, al igual que los animales, son seres vivos y así como ellas necesitan de nuestra atención, nosotras también las necesitamos para entrar en armonía porque nos conectamos con esa energía.
4. Ritual de belleza
Dedicarte un tiempo será de los mejores rituales para ti. Espera que los niños se duerman y prepara un baño relajante, o un minispa. Muchas veces nos aseamos a la carrera y presionados por el tiempo y olvidamos que estos momentos deben ser placenteros para nosotras.
Toma conciencia de las sensaciones y obsérvalas. Conecta con tu cuerpo, disfruta el baño, el olor del jabón, siente el agua y la temperatura de ella que hace contacto con tu piel. Disfruta el momento que te has dedicado para cuidar de ti y para sentirte especial contigo misma. Es un regalo de ti para ti.
5. Decreta
No está mal pensar en el futuro. Soñar es parte de nuestra vida. Así que es bueno de vez en cuando pensar en esos proyectos que deseas, en tus propósitos, en tus planes a futuro, y decrétalos. Escríbelos y tenlos a la vista para que no queden engavetados en tu memoria.
Piensa, observa y planifica. Es un ejercicio que puedes comenzar ahora si quieres acercarte a la práctica del mindfulness. Presta atención pero no te quedes anclada al futuro porque para llegar a eso debes trabajar igual en el presente.

6. Disfrutar las tareas domésticas
Al despertar, un buen ejercicio es hacer un plan de tareas domésticas para el día. No importa si es un fin de semana o cualquier otro día, lo que sí importa es hacer cada tarea del hogar con la mejor actitud y con una intención: sentirnos bien.
Así que si ese día toca planchar y ordenar la despensa, inicia esa tarea con amabilidad y conciencia. Siéntete en calma y realízala sin reproches. Acepta.
Haz la tarea en silencio (aunque tengas ganas de llevar tu atención acompañada de la música) y verás lo conciliador que puede ser.
7. Hablar con alguien
Ya sea que tengas una amiga o tu mamá, intenta llamarla a su móvil y establecer un tema en particular y hablar, escuchar, pero sin juzgar, sin criticar. Es llamar para conectarnos con los sentimientos, con las palabras y con las expresiones de esa persona. Hazlo, y hazlo con calma. Disfruta la conversación.