RISUG es el nombre del primer anticonceptivo masculino. Una inyección que asegura mantener a los hombres estériles por un período de entre 10 y 15 años.
Según el estudio que lo respalda, fue impulsado por el Ministerio de Salud de la India, lleva tres décadas en proceso de desarrollo y trabaja inhibiendo la esperma que el hombre fabrica a diario. ¿Por qué tanto tiempo para probar un anticonceptivo masculino que aún no está disponible en todo el mundo?
El mismo estudio señala que se necesita tiempo para demostrar que es reversible, en primer lugar. En segundo lugar, las farmacéuticas no están interesadas en un producto para el público masculino porque los anticonceptivos dirigidos a mujeres funcionan muy bien.
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Este es parte del sesgo que existe por género. Mientras la mujer por lo general es fértil cuando ovula, una vez al mes, el hombre produce esperma constantemente y puede ser responsable de múltiples embarazos. Sin embargo, la responsabilidad de la anticoncepción ha recaído históricamente sobre ellas.
Como resultado, las mujeres se someten a tratamientos hormonales, inyecciones, implantes y diferentes métodos invasivos para evitar el embarazo. Ellos, por su parte, solo tienen dos opciones: la vasectomía, que es mínimamente invasiva en comparación con la ligadura o corte de trompas de la mujer, y el preservativo.
El anticonceptivo masculino es necesario
Es aquí cuando el anticonceptivo masculino viene a ser una opción necesaria. El estudio señala que “las compañías farmacéuticas son reacias a seguir la idea de evitar perder los prósperos mercados mundiales de anticonceptivos femeninos y condones que se valoran en miles de millones cada año. Inicialmente, RISUG atrajo cierto interés por parte de las empresas farmacéuticas. Sin embargo, al considerarlo como un procedimiento económico de una sola vez, los fabricantes se retractaron”.
Fue allí cuando el gobierno de la India tomó interés, debido a sus altos niveles de natalidad y el interés creciente de los hombres de hacerse responsables de la anticoncepción. Los investigadores señalaron que la aprobación del anticonceptivo masculino es mayor entre sectores educados y con trabajo estable.
Esta inyección no está disponible para el público, pero esperan obtener los permisos necesarios pronto. Mientras esto ocurre, la carga de la planificación familiar seguirá recayendo de forma desproporcionada sobre las mujeres, lo que es una carga económica y física injusta.