Hay historias demasiado increíbles para ser ciertas, y está la de Patrizia Reggiani, la mujer que ha vivido una vida de excesos, lujos y que ahora será interpretada en el cine por Lady Gaga en ‘House of Gucci’.
Patrizia, que venía de orígenes humildes, se casó en 1972 con Maurizio Gucci, heredero de la marca de moda italiana. Lo que no sabía Maurizio era que cuando ella dijo “hasta que la muerte nos separe” iba muy en serio, y Patrizia ordenaría que fuera “liquidado” en 1995, después de haberla dejado por una mujer más joven.
El objetivo era que Maurizio no se casara con su nuevo amor y desheredara así a sus hijas, Allegra y Alessandra. Luego de tres años de averiguaciones, Patrizia Reggiani fue condenada en 1998 y apodada ‘La Viuda Negra’ por la prensa.
Pero antes de que todo esto ocurriera, cuando aún eran un matrimonio feliz, Maurizio y Patrizia tenían gastos enormes. Vivían viajando constantemente, y tenían múltiples propiedades repartidas por el mundo, desde la Quinta Avenida de Nueva York hasta varias islas privadas.
Poseían un yate de 64 metros de eslora, y Patrizia gastaba 10 mil dólares mensuales solo en orquídeas, su flor favorita. Tenían decenas de autos personalizados con su matrícula propia: Mauizia, que era el nombre con el que se apodaba a la pareja. Sus fiestas eran épicas, y los famosos desfilaban por ellas, nadando en champaña y comida extravagante.
Patrizia Reggiani se convirtió en un mito
Salió de la cárcel en 2016. Podría haberlo hecho antes, pero la junta de libertad condicional le exigía tener un trabajo y ella lo rechazó. “Nunca he trabajado en mi vida, y no tengo intención de empezar ahora”, dijo. Su mantra era: “Es mejor llorar en un Rolls-Royce que ser feliz en una bicicleta”.
Su mito no hizo más que crecer al salir de prisión. Cuando un reportero le preguntó por qué no se había encargado de su ex ella misma, su respuesta fue: “Mi vista no es tan buena. No quería fallar”.
Trabajó un tiempo como asesora creativa y luego se retiró a vivir en Milán, con una pensión anual de un millón de dólares que heredó de su esposo.
Declaró que amaba la marca Gucci y que debería trabajar con ellos. “Soy más Gucci que nadie”, expresó. Actualmente, Patrizia Reggiani tiene 72 años, una guacamaya mascota con la que camina en el hombro a todos lados, vestida de diseñador y con un montón de joyas encima. Sus dos hijas no le dirigen la palabra.