En el amor, como en la amistad, la primera impresión juega un papel trascendental. Solo hacen falta unos pocos minutos o un par de palabras, pare decidir si nos abrimos o rechazamos a quien apenas conocemos.
El motivo de esto no tiene nada que ver con otras vidas o coincidencias místicas que no comprendemos, por el contrario, su explicación es bastante lógica y la ciencia tiene la respuesta para ello.
Varias investigaciones sobre este tema realizadas durante la última década han logrado determinar que solo hace falta un par de segundos para formar una opinión sobre alguien que acabamos de conocer, y de esta primera impresión dependerá el desarrollo de la amistad a largo plazo, ya sea de manera positiva o contrario a esto.
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¿Qué ocurre en el cerebro?
Según explica a medios especializados la psicóloga y docente del Instituto Europeo de Psicología Positiva, Adela Lasierra, las primeras conjeturas que se realizan con respecto a alguien se llevan a cabo a través de tres atajos mentales: el representativo, el de disponibilidad y el de actitud.
El primero de estos está relacionado a las conjeturas previas que tengamos sobre alguna de las características de la persona que acabamos de conocer. Esto puede estar vinculado, por ejemplo, a su lugar de origen y la percepción que tenemos sobre ello.
El atajo de disponibilidad está ligado a los juicios generales en función del último caso particular recordado, es decir, lo que tu cerebro recuerda del contexto o situación en la que te encuentras ayudará a influenciar la percepción que empiezas a generar sobre la nueva persona. Y por último, el atajo de actitud, el cual consiste en otorgar una opinión o calificar al sujeto por lo que podemos observar a simple vista, como su forma de vestir, actuar o hablar.
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Como lo explican los especialistas, cuando tenemos frente a frente a una persona nueva, nuestro cerebro activa conexiones neuronales para evaluar de manera instantánea a quien estamos conociendo.
En solo minutos, el contexto, las percepciones previas y la similitud que dicha persona tenga con nosotros será determinante para el futuro de la relación. Y de esta manera, la ciencia ratifica que al igual que en el amor, en la mistad se produce el mismo ‘encanto’ a primera vista.
